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Atención individual en Valencia para un colectivo muy vulnerable
Si hay un colectivo especialmente azotado por esta pandemia de Covid-19 que asola todo
el planeta desde hace poco más de un año es el de las personas mayores. Se estima que solo
en España han muerto más de 31.800 personas, únicamente en residencias, con COVID-19
o síntomas compatibles, según datos de las comunidades autónomas referidos a muertes en
residencias de ancianos y otros centros sociosanitarios. Afortunadamente, la vacuna ha puesto
un poco de calma en estos centros, ya que más del 95% de los residentes y los profesionales
que allí trabajan ya cuentan con la ansiada inmunidad.
Las personas que acuden a la Unidad de Intervención cognitiva de Fundación AFIM Valencia
son, por su edad, un grupo vulnerable y, por ello, “las precauciones sociosanitarias que hemos
tomado son máximas”, explica Beatriz Pedrosa, directora de esta Unidad de Fundación AFIM
Valencia.
Este centro dedicado a la prevención, diagnóstico precoz y tratamiento del deterioro cognitivo
retomó sus funciones a pleno rendimiento hace unos meses, en octubre, aunque de una forma
adaptada a estos tiempos que nos están tocando vivir.
“Estamos realizando trabajo de estimulación individual con cada uno de nuestros usuarios, y
así seguirá durante el tiempo que dure esta pandemia”. Son sesiones de 50 minutos de duración
para cada una de las personas que continúan asistiendo a esta Unidad. “Entran sin acompañante
y si es absolutamente necesario se permite que acceda uno para ayudar, aunque luego no podrá
permanecer en el interior. Además, el trabajo se realiza en una sala permanentemente ventilada,
para minimizar el riesgo de los aerosoles”.
Entre usuario y usuario se realiza una completa desinfección de la sala, de las sillas de ruedas
o andadores. “También contamos con un auxiliar de clínica que va a supervisar que se cumplan
todas las medidas higiénicas, como toma de temperatura, lavado de manos, mascarilla, entre
otras”.
Tras unos días iniciales, en los que hubo que reevaluar a todos los usuarios, para poder diseñar
el trabajo individual con cada uno de ellos, tras ver en qué estado volvían a su terapia, desde
el punto de vista cognitivo, la “nueva normalidad” ha vuelto para quedarse en esta Unidad.
“Realmente nunca perdimos el contacto, ya que durante los meses de confinamiento y los
que no pudimos abrir el centro, todos ellos han recibido telemáticamente y en sus hogares
las tareas que podían realizar para preservar el avance que habíamos logrado previamente;
aunque sabemos que no todos ellos han podido desarrollarlo de igual manera”.
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