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Entrevista a Irene Yepes García
“No ser juez y parte” es uno de esos cambios que se van a producir. ¿Podría explicarlo con
un ejemplo concreto?
Este cambio es uno de los más demandados por la AEFT. Desde los inicios apostamos por
la independencia de quien ejerce el cargo de tutor, curador, etc., en este caso, como persona
jurídica, para evitar conflicto de intereses. Las propias fundaciones tutelares que forman la
red y que nacieron, en muchos casos, de asociaciones de familias en los distintos territorios,
han demostrado con su experiencia la necesidad de tener papeles diferenciados en la vida de
la persona, anteponiendo su voluntad y bienestar a cualquier otro tipo de interés. A lo largo
de los años hemos conocido numerosos ejemplos de estos conflictos que pueden aparecer,
por ejemplo, cuando una persona tutelada por una entidad vive en sus instalaciones y desea o
necesita otro tipo de vivienda. El cambio supondría serias complicaciones a la entidad que tu-
tela para continuar con su labor ocasionando un conflicto de interés, podría suceder entonces
que, pese a conocer su voluntad y preferencias, se limiten las posibilidades de elección de la
persona para mantenerlo en el recurso de la entidad.
También hay ejemplos más serios como conocer un abuso o vulneración de derechos pro-
ducida contra la persona con discapacidad y no emprender las acciones que correspondan
por ser la misma persona jurídica su tutora y quien dirige el recurso donde se ha producido la
situación.
¿Qué papel van a representar las entidades que trabajan con personas con discapacidad in-
telectual y que en algunos casos ya están incapacitadas judicialmente?
Las entidades juegan un papel fundamental. Deben entender el cambio de enfoque y trasla-
dar el conocimiento y la confianza en el modelo de apoyos -que ya se aplica en muchos otros
ámbitos con éxito-, a las familias, a las personas con discapacidad, tengan o no su capacidad
modificada judicialmente, y al conjunto de profesionales y personas que de alguna forma in-
tervienen en la vida y en la toma de decisiones de las personas.
El cambio será paulatino. Las actuales situaciones de modificación de la capacidad serán re-
visadas y ajustadas con el tiempo, según corresponda, al nuevo modelo, pero el cambio de en-
foque puede ir dándose desde hoy mismo. De hecho, las fundaciones tutelares de nuestra red
ya trabajan desde hace años de acuerdo con lo establecido en la Convención, a pesar de que
las sentencias les otorgasen el poder de sustituir a la persona. Se trata de realizar un esfuerzo
por conocer la voluntad y preferencias de la persona, de situarla en el centro y de permitir, con
el apoyo que necesiten, que pueda tener y controlar su proyecto de vida.
¿Cómo se contemplan los sistemas de apoyo en función de las necesidades que tengan las
diferentes personas con discapacidad intelectual?
Los sistemas de apoyo se establecerán en función de las necesidades y circunstancias de las
personas y teniendo en cuenta que estas cambian a lo largo del tiempo. Deben ser propor-
cionales y establecidos de manera puntual, si es posible, o quedar bajo revisiones periódicas.
Por apoyo se entiende todo tipo de actuaciones encaminadas a facilitar la toma de decisiones.
Puede ir desde facilitar la información en un formato accesible, al apoyo como “intérprete vi-
tal” para expresar la voluntad de la persona, el consejo y acompañamiento amistoso o la toma
de decisiones delegada por la persona.
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