Page 5 - Revista AFIM 121
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imulación Cognitiva
que ya trabaja con fichas de nivel básico y medio. El grado de dificultad de las fichas va desde las de ini-
ciación, que son las de acceso a la nueva actividad, hasta las de nivel avanzado, pasando por las de nivel
básico y medio.
Por otro lado, este grupo tam-
bién trabaja con las ‘Píldoras de
Inteligencia’, que son fichas en
las que se presenta una imagen
durante cuatro segundos (la pri-
mera presentación) y se les dan
bits de información relacionados
con ella. Estos ‘bits’ son frases
cortas que se les leen, empezan-
do por una frase el primer día y
añadiendo una frase cada sesión
hasta completar diez en diez se-
siones. Un ejemplo de píldora, es
una imágen de la Giralda de Sevilla y por detrás, sin que el grupo las vea, aparecen las diez frases: año
de construcción, quién la construyó, materiales, historia, anécdotas, etc. Otro tipo de actividades están
relacionadas con la memoria y con la conciencia fonológica.
Todas las actividades las hacen siguiendo una serie de instrucciones que se dan a sí mismos (autoins-
trucciones), que les ayudan a recordar que tienen que hacer y cómo deben hacerlo, y por último se les
ha enseñado a evaluar que tal lo han hecho.
El resultado de este entrenamiento es esperanzador. D.S.J. ya lee y escribe palabras, relaciona cantidades
de dinero con el valor de los objetos a comprar, siempre y cuando las cantidades no sean muy grandes.
Por ejemplo, sabe lo que vale un refresco o una barra de pan, pero no un coche o una casa. Ha mejorado
en memoria de trabajo gracias a las autoinstrucciones y al trabajo específico en memoria. En las fichas
de atención se ha notado mejoría, aunque ya se le daban muy bien cuando empezó. Pero el cambio más
importante sin lugar a dudas es en la percepción que tiene de sí mismo, se ve más capaz, ha aumentado
su autoestima, y en general está más contento, más participativo y más “hablador”. A raíz de todo esto,
está mejor considerado por sus compañeros. Esto lo hemos comprobado en los resultados de los dos
últimos sociogramas pasados al grupo. En cuanto a habilidades de autocuidado, aún tiene que mejorar,
pero ya se levanta sólo (pone el despertador) y se hace el desayuno.
La idea que quiero transmitir al narrar el caso de D.S.J. es que con el entrenamiento y los materiales
adecuados se observa mejoría en las funciones cognitivas superiores y que esta mejoría afecta a la per-
sona en su totalidad, mejorando también en otras áreas como las habilidades sociales, habilidades de
autodirección, habilidades de autocuidado, etc. Por supuesto, estas habilidades hay que enseñarlas y
entrenarlas de forma intencional, pero el avance es más significativo si trabajamos además con progra-
mas de estimulación cognitiva como son los de Fundación AFIM.
Haz clíc para probar una demo
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que ya trabaja con fichas de nivel básico y medio. El grado de dificultad de las fichas va desde las de ini-
ciación, que son las de acceso a la nueva actividad, hasta las de nivel avanzado, pasando por las de nivel
básico y medio.
Por otro lado, este grupo tam-
bién trabaja con las ‘Píldoras de
Inteligencia’, que son fichas en
las que se presenta una imagen
durante cuatro segundos (la pri-
mera presentación) y se les dan
bits de información relacionados
con ella. Estos ‘bits’ son frases
cortas que se les leen, empezan-
do por una frase el primer día y
añadiendo una frase cada sesión
hasta completar diez en diez se-
siones. Un ejemplo de píldora, es
una imágen de la Giralda de Sevilla y por detrás, sin que el grupo las vea, aparecen las diez frases: año
de construcción, quién la construyó, materiales, historia, anécdotas, etc. Otro tipo de actividades están
relacionadas con la memoria y con la conciencia fonológica.
Todas las actividades las hacen siguiendo una serie de instrucciones que se dan a sí mismos (autoins-
trucciones), que les ayudan a recordar que tienen que hacer y cómo deben hacerlo, y por último se les
ha enseñado a evaluar que tal lo han hecho.
El resultado de este entrenamiento es esperanzador. D.S.J. ya lee y escribe palabras, relaciona cantidades
de dinero con el valor de los objetos a comprar, siempre y cuando las cantidades no sean muy grandes.
Por ejemplo, sabe lo que vale un refresco o una barra de pan, pero no un coche o una casa. Ha mejorado
en memoria de trabajo gracias a las autoinstrucciones y al trabajo específico en memoria. En las fichas
de atención se ha notado mejoría, aunque ya se le daban muy bien cuando empezó. Pero el cambio más
importante sin lugar a dudas es en la percepción que tiene de sí mismo, se ve más capaz, ha aumentado
su autoestima, y en general está más contento, más participativo y más “hablador”. A raíz de todo esto,
está mejor considerado por sus compañeros. Esto lo hemos comprobado en los resultados de los dos
últimos sociogramas pasados al grupo. En cuanto a habilidades de autocuidado, aún tiene que mejorar,
pero ya se levanta sólo (pone el despertador) y se hace el desayuno.
La idea que quiero transmitir al narrar el caso de D.S.J. es que con el entrenamiento y los materiales
adecuados se observa mejoría en las funciones cognitivas superiores y que esta mejoría afecta a la per-
sona en su totalidad, mejorando también en otras áreas como las habilidades sociales, habilidades de
autodirección, habilidades de autocuidado, etc. Por supuesto, estas habilidades hay que enseñarlas y
entrenarlas de forma intencional, pero el avance es más significativo si trabajamos además con progra-
mas de estimulación cognitiva como son los de Fundación AFIM.
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