Page 4 - Revista AFIM 121
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imulación Cognitiva
Beneficios de la estimulación cognitiva. Caso práctico.
Por Javier Caballero, psicólogo y responsable del Gabinete de Estimulación cognitiva
de Fundación AFIM.
Desde hace años se viene hablando de estimulación cognitiva, qué es y para qué ha sido ideada. Hay
múltiples definiciones, aunque todas concluyen en que la aplicación de estos programas suponen una
mejora en las funciones cognitivas superiores de las personas entrenadas con este tipo de técnicas.
No sólo observamos mejoras en la memoria, percepción y atención de estas personas, si no que aumen-
tan significativamente la autoconfianza y la autoestima.
A continuación pasamos a exponer la experiencia de uno de los muchos usuarios de estos programas
en Fundación AFIM:
D.S.J., varón de 36 años, con diagnóstico de trastorno del desarrollo intelectual con distintas necesida-
des de apoyo, es una persona con muchas ganas de aprender, muy buena predisposición al trabajo y que
responde muy bien a los programas de reforzamiento positivo.
Cuando D.S.J. llegó a nuestra fundación derivado de un colegio de educación especial, no tenía adqui-
rida la lectoescritura, conocía los números pero no los relacionaba con valores reales de las cosas. Se
expresaba con normalidad, pero
su nivel de vocabulario y de com-
prensión era muy bajo. La me-
moria de trabajo era muy limita-
da y, por supuesto, con un nivel
de autoestima muy bajo.
Por otro lado, era autónomo a la
hora de desplazarse por la ciu-
dad, era colaborador y estaba
muy pendiente de sus compañe-
ros. Seguía bien las instruccio-
nes , siempre que se le dieran de
forma adecuada, y, como hemos
dicho antes, mostraba siempre una gran disposición al trabajo tanto individual como de grupo. Necesi-
taba apoyos en las habilidades de autocuidado e higiene, presentaba un déficit importante en habilida-
des sociales y presentaba un bloqueo a responder por miedo a equivocarse.
Hace tres años decidimos incluirle en el programa de estimulación cognitiva de Fundación AFIM. Como
todos sabemos estos programas son muy metódicos, sobre todo en cuanto al horario, la elección de las
fichas de trabajo y la forma de presentar estos materiales.
D.S.J. participa junto a otros cuatro compañeros todos los días en horario de 10:30 a 11:00, en el aula 2,
e intentamos, en la medida de lo posible, que trabajen siempre con el mismo profesional.
Las primeras tres semanas se le enseñó la mecánica del entrenamiento con el único objetivo de que se
familiarizara con el programa de enriquecimiento instrumental, o autoinstrucciones, y con el uso de las
fichas.
D.S.J. trabaja con fichas en papel en las que aparecen distintas actividades o tareas a desarrollar como
por ejemplo: ‘Encuentra la figura’, ‘Resuelve el laberinto’, ‘Cuenta las letras’, ‘Imágenes idénticas’, etc.
Empezó con las más básicas y, a medida que las hace bien, aumentamos el nivel de dificultad hasta hoy
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Beneficios de la estimulación cognitiva. Caso práctico.
Por Javier Caballero, psicólogo y responsable del Gabinete de Estimulación cognitiva
de Fundación AFIM.
Desde hace años se viene hablando de estimulación cognitiva, qué es y para qué ha sido ideada. Hay
múltiples definiciones, aunque todas concluyen en que la aplicación de estos programas suponen una
mejora en las funciones cognitivas superiores de las personas entrenadas con este tipo de técnicas.
No sólo observamos mejoras en la memoria, percepción y atención de estas personas, si no que aumen-
tan significativamente la autoconfianza y la autoestima.
A continuación pasamos a exponer la experiencia de uno de los muchos usuarios de estos programas
en Fundación AFIM:
D.S.J., varón de 36 años, con diagnóstico de trastorno del desarrollo intelectual con distintas necesida-
des de apoyo, es una persona con muchas ganas de aprender, muy buena predisposición al trabajo y que
responde muy bien a los programas de reforzamiento positivo.
Cuando D.S.J. llegó a nuestra fundación derivado de un colegio de educación especial, no tenía adqui-
rida la lectoescritura, conocía los números pero no los relacionaba con valores reales de las cosas. Se
expresaba con normalidad, pero
su nivel de vocabulario y de com-
prensión era muy bajo. La me-
moria de trabajo era muy limita-
da y, por supuesto, con un nivel
de autoestima muy bajo.
Por otro lado, era autónomo a la
hora de desplazarse por la ciu-
dad, era colaborador y estaba
muy pendiente de sus compañe-
ros. Seguía bien las instruccio-
nes , siempre que se le dieran de
forma adecuada, y, como hemos
dicho antes, mostraba siempre una gran disposición al trabajo tanto individual como de grupo. Necesi-
taba apoyos en las habilidades de autocuidado e higiene, presentaba un déficit importante en habilida-
des sociales y presentaba un bloqueo a responder por miedo a equivocarse.
Hace tres años decidimos incluirle en el programa de estimulación cognitiva de Fundación AFIM. Como
todos sabemos estos programas son muy metódicos, sobre todo en cuanto al horario, la elección de las
fichas de trabajo y la forma de presentar estos materiales.
D.S.J. participa junto a otros cuatro compañeros todos los días en horario de 10:30 a 11:00, en el aula 2,
e intentamos, en la medida de lo posible, que trabajen siempre con el mismo profesional.
Las primeras tres semanas se le enseñó la mecánica del entrenamiento con el único objetivo de que se
familiarizara con el programa de enriquecimiento instrumental, o autoinstrucciones, y con el uso de las
fichas.
D.S.J. trabaja con fichas en papel en las que aparecen distintas actividades o tareas a desarrollar como
por ejemplo: ‘Encuentra la figura’, ‘Resuelve el laberinto’, ‘Cuenta las letras’, ‘Imágenes idénticas’, etc.
Empezó con las más básicas y, a medida que las hace bien, aumentamos el nivel de dificultad hasta hoy
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